LA ETERNA NOCHE DE LAS DOCE LUNAS - El Magazine Colombia

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LA ETERNA NOCHE DE LAS DOCE LUNAS

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ESTRENO AGOSTO 2013

FICHA TÉCNICA
Título: LA ETERNA NOCHE DE LAS DOCE LUNAS
Duración: 87 minutos
Año de realización: 2013
Género:Largometraje Documental
Idioma: Español/ Wayunaiky
Formato rodaje: HD
Formato Finalización:35mm
País de Producción: Colombia
Guión y Dirección: Priscila Padilla
Compañía Productora: Doce Luna Producciones
Coproducción:Banda Imagen (Bolivia)
Producción Ejecutiva: Priscila Padilla / Gustavo Pazmín Perea
Producción de Campo: Johana Peñuela
Dirección de Fotografía: Daniela Cajías
Cámara: Daniela Cajías/ Viviana Gómez Echeverry
Montaje: Ximena Franco
Música Original: Dany Rubio/ Sol Okarina
Diseño de Sonido: Vladimir Díaz
Mezcla: Daniel Gárces
Supervisión de Mezcla: Ramiro Fierro

SINOPSIS

Doce lunas, un año, fue el tiempo  que  permaneció encerrada la niña indígena Wayuu, Fila Rosa Uriana, La llegada de  su primera menstruación marcó su entrada.
En este largo  periodo  de aislamiento la pequeña Fili, fue sometida a unos rituales indígenas  propios de esta cultura. Aprender a ser mujer en su soledad, es el gran objetivo de este rito ancestral milenario.

TRAILER




PERSONAJES
•    Filia Rosa o Pili, como es reconocida en su comunidad, es una niña Wayúu en plena pubertad, que hace parte de la rancheríaKarequishimana, ubicadaen el municipio de Maicao, en La Guajira. Sabe que debe ‘encerrarse’ y el temor que siente ante la situación lo recompensa sabiendo que solo así seguirá una tradición que su comunidad se resiste a dejar morir.

•    Cecilia Urania, abuela de Pili es una mujer de 75 años muy orgullosa y defensora acérrima de su cultura Wayúu, fue encerrada por un largo tiempo. Es el eje central de esta ranchería.

FOTOS
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VER TODAS LAS FOTOS AQUI

RECORRIDO POR FESTIVALES

•    Selección Oficial Festival Internacional de Cine de Berlín, Alemania, 2013.
•    Premio India Catalina, Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias –FICCI-, Colombia, 2013.
•    Mejor Documental Latinoamericano, Festival Internacional de Cine Latinoamericano de Toulouse, Francia, 2013.
•    Selección Oficial, Festival Internacional de Cinema Latino-americano de São Paulo, Brasil, 2013.
•    SelecciónOficial, The Film Society of Lincoln Center, Lincoln CenterNew York, 2013.
•    Selección Oficial, Festival Internacional de Cine de Lima, Perú, 2013.
•    Selección Oficial, Festival Internacional de Cine de Busán, Corea del Sur, 2013.

EN LA PIEL DE PRISCILA PADILLA
“Si la entrada es un llanto, la salida es una fiesta”

LA ETERNA NOCHE DE LAS DOCE LUNAS busca mostrarle al mundo una práctica cultural que encierra toda una serie de costumbres, creencias y prácticas de una comunidad que día a día lucha por el fortalecimiento de su identidad. Tras unexhaustivo recorrido por La Guajira y más de un año de investigación,Priscila Padilla, con cámara en mano decide contar la historia de Pili, una niña Wayúu que tras desarrollarse, debe seguir con la tradición que su familia ha guardado por más de doscientos años. ”Yo quería contar a través de una niña cómo se daba ese proceso, y mostrarle al mundo cómo esta práctica cultural, que la gente piensa que no existe, es una herramienta de reflexión, donde la mujer empieza a conocer su cuerpo, y a asumir el papel que la mujer Wayúu representa en su comunidad”.
Para generar un acercamiento con la comunidad Wayúu, era necesario atravesar por un proceso de aceptación y de acogimiento que le permitiera a Priscila crear un vínculo con la sabiduría ancestral y los dogmas más sagrados de ésta población.

Era la noche el momento escogido por las mujeres Wayúu para que Priscila y su equipo de producción, compuesto por sólo mujeres, les proyectaran sus anteriores documentales sobre mujeres trabajadoras y les mostraran, cómo eran las demás mujeres de su país, una actividad diaria que logró construir un acercamiento más profundo y afianzar relaciones con toda la comunidad, tanto así que se convirtió en una más de ellas. Pronto, recoger agua y leña, eran parte de su diario vivir.
El proceso no fue fácil, aunque tenía la aceptación y el amparo de la comunidad, Priscila sabía que todo era impredecible e incierto. La historia debería empezar cuando la niña tuviera su primera menstruación, pero este momento, parecía ser eterno. Los días pasaban y no se presentaba noticia alguna, la angustia y la desesperación se apoderaban de ella. Tras varios meses de espera, por fin, el día tan anhelado llegó. “Pili iba para la escuela, se levantó y le dijo a la abuela que se había desarrollado, fue el momento más feliz de mi vida, lo mejor que me pudo haber pasado durante esta historia, no podía creerlo, todo era impredecible”.

Una mujer Wayúuque tenga un futuro prometedor, un hogar estable, profesional, de valores, organizada y respetada por la ranchería es una ‘mujer especial’. Es precisamente ésta la mujer que se encarga de cortar el cabello de la niña y hacerle su primer baño, una vez la niña entra al encierro. “Ahí empezó el proceso más maravilloso, fue una cosa única que ellos me hayan dado esa confianza, para que yo estuviese compartiendo ese momento tan importante para la niña”.

“Yo generalmente dormía en otro rancho, pero un día la abuela de Pili me dijo que debía dormir con la niña, a partir de ahí yo dormía con ella, fue un honor para mí, fue el momento en el que nos pudimos acercar y en el que realmente pude conocer su historia, su experiencia. En ese momento en el que la niña está aislada y aparentemente dormida, es cuando realiza una profunda reflexión de su ser, un momento para pensarse y construirse como mujerWayúu. Ojalá yo hubiese tenido esa oportunidad para reflexionar, es realmente una etapa donde se vuelve a nacer. Lo que me aportó fue que me ayudó a pensarme como mujer, a quererme como mujer”.

Pasaron nueve lunas y Pili debería salir de su encierro para enfrentarse a la vida adulta. Sin embargo, a portas de llegar ese momento, Pili se resistía a salir de este ritual, pues sentía que sólo allí estaba protegida y segura, el temor a enfrentarse con la realidad y a tener contacto con la sociedad la hacían alejarse de la idea de querer salir. Sin embargo, su abuela, consideraba que era el momento de asumir esa responsabilidad.

Para Priscila Padilla, LA ETERNA NOCHE DE LAS DOCE LUNAS, es una película-documental, que surge desde su necesidad más profunda de retratar a partir de la historia de una niña indígena, cómo se da todo un proceso de reflexión, donde la mujer empieza a construirse y a pensarse como tal. Ahora Pili es un ejemplo a seguir en su cultura, se convirtió en el ejemplo para muchas de sus compañeras.

Priscila Padilla

Documentalista y guionista, graduada en Dirección Cinematográfica en el Conservatoire Libre du CinemáFrancaise, en París, Francia. Entre sus trabajos más destacados se encuentran “Los rituales de la ausencia” (1995), “Ilusiones de radio” (1996), “Las mujeres cuentan” (1997), que obtuvo Mención de Honor a la Mejor Serie Documental por parte de la Red de América Latina de Televisiones Culturales -R.A.L.- en Punta del Este, Uruguay (2003); “Como volver a nacer” (2005), premio proyecto documental, Fondo Global para las Mujeres, enCalifornia, Estados Unidos  (2004); “Los huéspedes de la guerra” (2006) y “Nacimos el 31 de diciembre” (2011), premio Realización de Documentales, por parte del Consejo Nacional de las Artes y la Cultura en Cinematografía, Ministerio de Cultura de Colombia.

LA CULTURA WAYÚU 

Ubicados en la península de La Guajira al norte de Colombia, en costas del mar Caribe,entre chinchorros y bordas, los Wayúu constituyen la comunidad indígena más numerosa de Colombia y Venezuela. A pesar de presentar una estructura compleja, la comunidad wayúu compone la manifestación más auténtica de identidad y multiculturalidad.

La población Wayúu es una cultura infinitamente rica en costumbres, tanto así, que comprenden todo un protocolo para cada una de sus prácticas: desde la forma de vestir, hasta grandes técnicas ancestrales para cada uno de sus rituales.

Uno de sus principales atractivos, es sin duda, el Festival de la Cultura Wayúu, considerado como la máxima expresión cultural, donde la mezcla de música tradicional, rituales, artesanías, excursiones y juegos, permiten mostrar al mundo la riqueza cultural y artesanal de ésta comunidad.

Cultura Wayúu vs Occidente

La población Wayúu es una cultura con una profunda autonomía reconocida constitucionalmente, que se caracteriza por la aplicación del derecho propio,regida por el Palabrero en todo su territorio. Aunque la  aridez y el aislamiento del territorio los ayudó a permanecer libres y auténticos hasta la actualidad, han tenido que atravesar un duro proceso por el fortalecimiento de su identidad, su diferencia cultural y su reconocimiento frente al Estado y a la sociedad civil.

La Guajira es una tierra de leyendas, donde la gente lucha por preservar todas sus costumbres y saberes. Pese a estar tan cerca de la civilización, la comunidad Wayúu mantiene un fuerte arraigo por su cultura y no permite que sus costumbres sean ejecutadas. Sus prácticas ancestrales están cada vez más fortalecidas.

Gastronomía

La carne de chivo y el maíz son los alimentos que no pueden faltar en la mesa Wayúu. El chivo es uno de los pocos animales que por su fortaleza, ha logrado adaptarse a los rigores de la sequía y calor del desierto. Los Wayúus preparan el chivo de diferentes formas, la más reconocidas de ellas es el “friche”, una fritura en la que se mezclan la sangre del animal, el hígado y la carne cortada en cuadritos. El arco y la flecha son las prácticas ancestrales más empleadas por ésta comunidad para cazar animales pequeños como conejos o iguanas.

De la madre tierra, con la que tienen una alta conexión, pues simboliza la fuente de vida de la comunidad, provienen la gran mayoría de sus alimentos. Es así, como delicados platos, de fuertes sabores y con numerosas texturas, un tanto difíciles de asimilar por el paladar del foráneo, son los que le han permitido a la comunidad reconocerse a través de eventos como el Festival de la Cultura Wayúu, donde estos suculentos platos son los protagonistas.

Música

Cada una de las festividades, rituales, y actividades diarias involucra toda una compilación de la música autóctona, conocida en la población Wayúu como Chichamaya o yocna. Es por esto, que la música que encontramos en LA ETERNA NOCHE DE LAS DOCE LUNAS comprende toda una combinación de sonidos producidos por flautas o canutillas, tambores y pitos, usados en celebraciones relacionadas con el desarrollo de la mujer e implica danzas en donde ésta desafía al hombre, por lo que se considera que la mujer danza en condición de esencia o energía protectora.

Creencias

La formación social de los Wayúu está vinculada fuertemente a sus principios cosmogónicos y modos de representación mítica. De esta manera, la comunidad establece figuras sobrenaturales que simbolizan aspectos como la vida, la fuerza y la naturaleza. Pero sin duda alguna, su ideología frente a las dimensiones de vida y muerte, son las más predominantes. Los Wayúu aseguran que el alma es como la sombra, está siempre con sus cuerpos, excepto en el momento en el que alguno enferma, justo allí es cuando un piache (Chamán), con ayuda de sus espíritus, logra encontrar esa alma y devolverla al cuerpo. Solo así se evitará su muerte.

Los piaches o chamanes entre los Wayúu son en su mayoría mujeres, pues son quienes logran comunicarse con los espíritus a través de los sueños. Los poderes que ellos les otorgan, les permiten, entre otras cosas, atraer la lluvia, mejorar las cosechas, curar enfermos, y espantar malos espíritus.

Vestuario

Largas mantas de colores y magnos collares son el atuendo que asocian a la mujer Wayúu como unidad mística, estrechamente ligada a las expresiones de la Tierra y a la protección. Por su parte, los hombres cubren su cuerpo con un pequeño taparrabo, conocido como ‘wayuco’, sostenido por un cinturón tejido por ellos mismos. Ocasionalmente, utilizan una corona de colores en la cabeza, para rituales especiales, conocida como keratza.

EL ENCIERRO

Los Wayúu cuentan en soles, lunas y lluvias. Así, un año para la comunidad indígena de La Guajira son 12 lunas, 365 soles y una precipitación. Es precisamente, éste el tiempo en el que las niñas de la comunidad Wayúu, deben permanecer en lo que ellos llaman ‘el encierro’, un ritual ancestral practicado por todas las mujeres de la comunidad para encontrarse con la vida adulta.
Según las tradiciones de la comunidad, es en esta etapa, donde la niña Wayúu pasa a ser mujer. Allí se le son inculcados valores como el respeto y la responsabilidad, así como los quehaceres de la casa y una labor muy importante para la mujer Wayúu: tejer. Desde ese momento se separa de los demás miembros de la familia en un cuarto dividido por una cortina en donde se le cuelga un chinchorro o hamaca, es allí donde permanecerá completamente inmóvil.
Durante los días de la menstruación, la niña es bajada del chinchorro sólo para ser bañada por su madre o abuela, con infusiones de plantas indígenas, con el fin de sacar las impurezas y los malos pensamientos. Todo esto para que la niña sea una mujer con un buen estado tanto moral como físico.
Al finalizar el encierro, la niña es presentada ante los demás miembros de la sociedad como una señorita o majayut. Es allí, donde se realiza una gran fiesta en su honor, simbolizando el comienzo de su nueva vida como adulta.

DIARIO DE RODAJE
PRIMER VIAJE MARZO DE 2008, INVESTIGACIÓN


La maravillosa vegetación desértica de La Guajira se aparecía ante mis ojos y desde el avión, ahí sentada, casi estática, miraba con miedo este hermoso panorama mientras pensaba: “siempre me pasa lo mismo, cuando inicio la realización de un nuevo trabajo”. En ese momento, lo único que tenía claro en mí, era que deseaba contar la historia del encerramiento de las niñas indígenas Wayúu.
Entonces, ¿Cómo aproximarme a esta región? ¿Desde dónde estas tierras áridas de arena brillante y cielo azul profundo me lo permitirían? ¿Cómo adentrarme  en las  miradas de sus habitantes y sobre todo en los ojos de estas mujeres indígenas de miradas  penetrantes?
En compañía de una amiga indígena recorrí todo el desierto de La Guajira hasta llegar a la Serranía de la Macuira en la La Alta Guajira. De pronto pasamos del desierto a la más profunda inmensidad verde y yo no podía creer que en esta región pudiese haber tantos contrastes naturales.
Durante muchas lunas seguí buscando esta historia en los rostros de cada niña indígena, en sus risas, en las mil historias que narran las abuelas cuando cae la noche y la oscuridad es la aliada para dar rienda suelta a lo nunca antes contado.
Entonces por un milagro como todos los de esta película documental, mientras probaba un delicioso dulce árabe en la ciudad de Maicao, ví pasar ante mí a Cecilia Iguarán, una mujer Wayúu que una amiga me había presentado. Le conté del por qué estaba en La Guajira. Ella con su voz decidida y maternal me dijo: “Vámonos para mi ranchería que allí es posible que encuentres lo que buscas”.

SEGUNDO VIAJE   2009- 2010, INVESTIGACIÓN

Entre risas y griterías propias de los niños, encontré a Pili, el personaje de esta historia.  Ella estaba sentada en un rincón de su salón de clases, mirándome de reojo y con desconfianza.
A través de ella, conocí a las maravillosas mujeres de su ranchería y después de tomar muchos cafés, de largas caminatas en búsqueda de agua y leña por estos caminitos de iguana (como llaman los Wayúu a estos caminos tan angostos de La Guajira), se dio inicio a la grabación de esta historia.

TERCER VIAJE  MAYO DEL 2011- OCTUBRE   2012,  GRABACIÓN

Aferrados a sus manos de niña, recorrimos lugares sagrados Wayúu, para que la pequeña se abrazara a la fuerza de sus muertos y pudiera entender el ritual sagrado de “El Encierro” que estaba a punto de llegar a su vida.
Después de este recorrido, todo el equipo se quedó allí en la ranchería. Compartimos noches, soles, lluvias e impaciencias, para que ocurriera el milagro: la llegada del primer periodo menstrual de la niña. Esto definiría la entrada a “El Encierro”.
Y sí, ocurrió el milagro. Una mañana de sol muy fuerte la pequeña se desarrolló. Se inició entonces este ritual milenario de casi doce lunas, de soledades, de tejidos y de largas charlas con la abuela.
Cuando la niña aprendió a tejer como una waleket o araña, la abuela consideró que era la hora de la salida del aquel largo encierro de la pequeña Pili. Entonces a ritmo de bailes, de casha y de hermosos colores, la pequeña vuelve a salir nuevamente a la luz.
A todas las mujeres wayúu de esta ranchería gracias por permitirme entrar  en la cotidianidad de sus sueños.

¿POR QUÉ  HACER ESTA PELÍCULA?

Porque este trabajo cinematográfico plantea una temática, tan polémica como emocionante, que hoy entrados en el siglo XXI y visto con ojos de transeúntes desprevenidos, puede parecer una práctica salvaje. Me refiero al tema del documental: el encerramiento o blanqueo de las niñas, una vez les llega su primera menstruación en la comunidad indígena Wayúu, en la región de La Guajira del Caribe Colombiano.

Antes de elevar juicios de valor, tan propios de los seres humanos, es preciso decir que el documental no pasó por este juzgamiento moral, sino que expone una realidad desde lo cotidiano y construye un discurso puramente narrativo, partiendo de la simpleza de los acontecimientos encarnados en metáforas, como el ritual del corte del cabello de la niña, el paso de la luz a la oscuridad, la soledad y la relación energética que éstas mujeres establecen con la luna y su cuerpo durante el periodo de la pubertad. Y un árbol, símbolo de esta ranchería, que decide caerse cuando la niña entra al encierro.

Simbologías que convierten esta propuesta estética, en una serie de lazos universales que ahondan en la dimensión de ser de lo humano, y específicamente aquí, de lo femenino. Este film, confronta y cuestiona a todas las mujeres del mundo, al rol que la cultura les ha asignado y cómo ellas lo enfrentan ante un mundo que se trasforma, se ilumina y se oscurece.

Todos estos elementos, llevan al espectador y a las espectadoras a iniciar un viaje interno, para crearles un conflicto con su mundo propio, y así, encuentren por sí solos y solas, ese cordón umbilical que une a cada persona con las múltiples realidades del mundo contemporáneo.

La necesidad de hacer esta película también surge porque, aunque esta historia es  profundamente local, al movilizar problemáticas y sentimientos específicos de los  seres humanos, se hace también profundamente universal, sin importar en qué lugar del planeta se desarrolle.

Porque, no plantea ningún señalamiento, ninguna conclusión, sólo deja que la realidad se exprese, para que la historia misma se enfrente a su propio dilema.

CINEPLEX
20 AÑOS APOSTANDO POR EL CINE INDEPENDIENTE


Cineplex es una de las principales distribuidoras de cine independiente en Colombia y se ha consolidado como una empresa pionera en la industria del país. Según Elba McAllistergerente de Cineplex, la compañía “nace como una necesidad de compartir cinematografías y directores que difícilmente llegarían a los circuitos de exhibición comerciales en nuestro país, logrando posicionar el cine alternativo o de arte entre los colombianos”.

Inició su actividad cinematográfica en 1993, y desde entonces el reto ha sido mantenerse como una de las destacadas distribuidoras de cine del país. Cambios significativos como el surgimiento de nuevos realizadores y nuevos enfoques ha modificado la perspectiva de la cinematografía colombiana, durante los últimos años.

Cumpliendo 20 años en el mercado, ha logrado presentar más de 280 películas de alta calidad, seleccionadas de los principales festivales y mercados especializados de cine alrededor del mundo. Cineplex no solo distribuye en Colombia, con sus aliados en exhibición está presente con algunas películas en Centroamérica, Ecuador, Venezuela, Perú, Bolivia, Chile, México y Argentina.

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