En medio de la noche los niños despiertan asustados y aunque sus padres apresurados cierren las ventanas y arropen sus cuerpos nada los hará tranquilizar y regresar a su plácido descanso como su muñeco favorito, ese compañero con el que sus temores sencillamente desaparecen.
¿Pero qué pasaría si ese muñeco favorito resulta ser la misma encarnación del mal?
Lo que era un juego de niños se convertirá en una pesadilla sangrienta que no se le desearía ni al más malcriado de los niños ni a sus indiferentes padres. El Muñeco Diabólico regresa para arruinar los juegos infantiles y crear en grandes y niños el más grande temor, un temor que los conducirá a la misma muerte pero mientras eso ocurre, sentirán el mismísimo calor del infierno.
30 años después de la primera versión de Chucky, llega una nueva película que toma los horripilantes momentos más destacados de su predecesora, una cinta con la que los adultos de hoy se aterraron e hicieron que algunas de sus noches fuesen lo más parecido a una tortura porque el sueño reparador jamás apareció y era inevitable ver que la cara de cualquier muñeco podría en cualquier momento realizar una mueca que paralizaría hasta al chico más malo de la clase.
Mucho tiempo ha pasado en tres décadas pero el sabor del terror sigue fresco como la sangre que gotea en un filoso cuchillo después de hundirse en una carne inocente, El Muñeco Diabólico vuelve para continuar propagando el horror de un muñeco acorde con los nuevos tiempos, moderno pero más letal que antes; Chucky es un siniestro muñeco tecnológico.
Protagonizada por Aubrey Plaza como Karen, la madre que debe proteger a su hijo Andy, personificado por Gabriel Bateman, El Muñeco Diabólico cuenta con dos magníficas figuras que le dan aún más brillo a una siniestra trama que cautiva desde su principio hasta el final. La dirección de esta película no podía encontrarse en mejores manos pues su director noruego, Lars Klevberg, es un fanático de la película escrita por Tyler Burton Smith y gracias a su conocimiento y admiración logra darle a esta entrega del 2019 una atmósfera única.
Esta película goza de un clima especial que lo rodea, es ansiado su estreno en fanáticos de todas las edades y uno de sus vehículos publicitarios más populares no han sido los medios electrónicos sino la opinión de aquellos que alguna vez lo vieron y la de aquellos que sin hacerlo sienten un gran deseo por conocer a Buddi “El nuevo Chucky”.
El Muñeco Diabólico es pasado, presente y futuro, es el terror y el miedo en todos sus tiempos, es una figura inmortal que con el paso del tiempo es el mejor de los tétricos vinos.
Chucky, El Muñeco Diabólico invita a jugar con él y luego, en medio de la diversión, sentir el dolor que solo provoca el más asqueroso de los horrores, El Muñeco Diabólico es una película obligatoria para todos aquellos que alguna vez vimos al primer Chucky en 1988 y para todos aquellos que sin haberlo visto quieren experimentar un horror nuevo con la sustancia maléfica del primero.