La posesión de Verónica - El Magazine Colombia

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Una película de Paco Plaza - Director y guionista de REC
Inspirado en aterradores archivos policiales nunca resueltos

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Madrid, años 90. Tras hacer una Ouija con unas amigas, una adolescente es asediada por peligrosas presencias sobrenaturales que amenazan con hacer daño a toda su familia. Inspirado en aterradores archivos policiales nunca resueltos.

NOTAS DEL PRODUCTOR

Este proyecto nace allá por el otoño de 2007 a instancias de una
conversación con un inspector de policía de la brigada criminal que nos avanzó información sobre el primer expediente X desclasificado acerca de un fenómeno paranormal. Este caso, concebido como una investigación policial, nos aportaba el interés añadido de tener una comunicación pública en la red y sobretodo de contar con un aliado como Iker Jiménez en sus programas de radio y televisión. 

El carácter poliédrico del caso, sus múltiples repercusiones en la crónica negra, el drama familiar y los fenómenos parapsicológicos conformaban un cocktail realmente atractivo para desarrollar un proyecto cinematográfico en plena era dorada del cine de género español, con una generación de éxito sin precedentes dentro y fuera de nuestras fronteras. 

Nuestra primera opción para desarrollar este proyecto, en 2009, fue el joven guionista Fernando Navarro, quien nos ayudó a establecer las bases de una estructura que combinaba el cine de terror con e l drama famil iar. Era un curioso maridaj e que se retroalimentaba con ecos de una historia real que había que ficcionar respecto a su personaje protagonista, la adolescente Verónica que finalmente moriría fruto de inexplicables convulsiones a consecuencia de visiones y fenómenos que todavía hoy no pueden explicarse de forma científica.

Aquí residía el principal problema del proyecto: nuestrA protagonista adolescente moría al final, por un lado, y no podríamos nunca explicar sus causas, dejando al espectador desamparado frente a un desenlace frustrante. En la evolución natural del proyecto acudimos al director que considerábamos por aquel entonces capaz de resolver el dilema con una mirada fresca y diferente, uno de los responsables de la franquicia más exitosa de nuestro cine fantástico, REC.

Llamamos a Paco Plaza.
Paco estudió el proyecto, lo peleó y en 2010 fue honesto y nos dijo que no encontraba solución para este acertijo. “Verónica” fue apartada entre nuestras prioridades en desarrollo y desde entonces en Apaches rodamos más de 12 películas, algunas de corte fantástico, pero ninguna con el potencial de esta historia.

Pasaron cuatro años y Paco un día me llamó. Llevábamos meses
hablando de un proyecto internacional que ya estaba financiado y contaba con todas las bendiciones. Pero esta vez vino con una
sorpresa: me pedía reconsiderar aquella historia de Verónica que desde entonces no se le había ido de la cabeza.

Paco había encontrado con Fernando Navarro la solución a nuestros problemas y ya teníamos vía libre para contar la historia de Verónica, que vive en un piso de Vallecas con sus hermanos y padres y un día hace la Ouija.

Las condiciones de Paco son dos, un equipo de primera categoría (el diseño de Producción de Javier Alvariño y la fotografía que recrea minuciosamente los sabores de la infancia de Pablo Rosso, entre un equipazo capitaneado por Carla Pérez de Albéniz) y explorar en plató todas las opciones que la historia nos pudiera permitir en ese apartamento con esos actores sometidos a una fuerza desconocida capaz de conseguir que una adolescente pudiera morir de un paro cardíaco. Pudiera morir de miedo.

Por otro lado, la combinación de naturalismo basado en un hecho real nos obligaba a desarrollar el drama humano, quizás los referentes más inmediatos que nos vengan a la mente en estos casos sean CAMINO de Javier Fesser y EL ENTE de Sidney Fury.

En ambos casos reales, la protagonista es una mujer, una víctima de acontecimientos que se desbordan, un personaje humano, empático que se ve sometido a lo inexplicable.

La producción de este proyecto que se rodará desde Vallecas
Madrid para el mundo contará con un lenguaje universal que es la emoción y la acción.

ENRIQUE LÓPEZ LAVIGNE
PRODUCTOR

NOTAS DELDIRECTOR
¿Se puede morir de miedo?

Sólo una vez en la historia de España un atestado ha recogido la presencia de elementos sobrenaturales y sin explicación lógica en el curso de una investigación policial. Sólo una vez miembros del cuerpo de policía han plasmado en un documento oficial haber sido testigos presenciales de hechos que escapan a su comprensión y han acabado declarando, y cito textualmente, que “hay una serie de fenómenos de todo punto inexplicables”.

Una vez. Esta vez. En el conocido popularmente como EXPEDIENTE VALLECAS. El hecho de abordar la realización de una película con la etiqueta “inspirada en hechos reales” genera una enorme responsabilidad. Supone un desafío enorme el relato de estos acontecimientos por lo escalofriante de los testimonios recogidos y por el terrible desenlace de los hechos. 

Siempre que como espectador te enfrentas a una película de terror basada en hechos reales no puedes evitar elucubrar qué se habrá añadido para dotar de mayor dramatismo a la historia o qué aspectos se habrán tergiversado para potenciar el efecto en el espectador. Al ver sobre impresionado el letrero “inspirada en hechos reales” no puedes dejar de estremecerte y pensar “¿esto ocurrió de verdad?”.

Llevar a la pantalla los hechos recogidos en el EXPEDIENTE VALLECAS nos enfrenta a tomar decisiones de cómo articular dramáticamente la enorme cantidad de detalles, testimonios y hechos probados que rodean la historia. La decisión más difícil ha sido cómo aproximarnos a los hechos, a la terrible experiencia vivida por nuestra protagonista. Y la respuesta inevitable ha sido la de adentrarnos en la historia intentando relatar, en primera persona, el calvario sufrido por esta adolescente.

Nuestra Verónica reina en un mundo infantil construido con sus
hermanos, de puertas hacia dentro, con los límites de su hogar como última frontera de la cordura, atrincherados intentando hacer frente a los sucesos que les atormentan. Verónica se encuentra entre la infancia y la adolescencia, como un eco del entorno que la rodea, esa España del arranque de los 90, antes de las Olimpiadas de Barcelona, que vive también el paso a los primeros balbuceos de su adolescencia como sociedad, en el paso de lo analógico a lo digital, en el camino de ser “un país moderno”.

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Fuente: Oficina de Prensa ----
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