Una nueva temporada del National Theater Live en las salas de cine nacionales llega a su fin y nada mejor para seguirse enamorando de lo mejor del teatro inglés que apreciar “Jane Eyre”, una irreverente adaptación de Sally Cookson de la obra homónima del realismo inglés de Emily Bronte, que se presentará en las salas del país los días 13 y 16 de Octubre en salas seleccionadas de Cine Colombia.
Esta obra publicada el 16 de Octubre de 1847, narra la historia de una joven huérfana que después de sobrevivir los maltratos en la casa de su tía y la crueldad de sus docentes en un colegio especial para jóvenes sin padres, decide al llegar a su madurez aceptar la oferta de trabajo como institutriz en un alejado pueblo de Inglaterra, donde conocerá a Edward Rochester, un atractivo y severo hombre con un oscuro secreto que trastornará su corazón pero también la motivará a luchar por su independencia y demostrarse a sí misma el coraje para seguir cuestionando un mundo que solo le ha deparado tragedia y dolor.
Bajo esta premisa argumental, la directora Sally Cookson , (recordada más por el público británico por sus papeles en la televisión de ese país en la serie “Desmond”), lleva con un virtuosismo esta novela a las tablas, a través de un montaje minimalista que no sale de un mismo escenario y en el cual a excepción de su protagonista, la versátil Madeleine Worall, todos los demás actores asumen diversos roles en la historia pasando desde pequeños niños hasta animales logrando un matiz perfecto entre la tragedia de esta huérfana sobreviviendo el hostil mundo rural inglés y la vida tranquila del campo combinando intensos momentos de drama con sutiles toques de comedia clásica para mostrar las variantes de la vida que oscilan entre la dolorosa tragedia de la existencia y los pocos momentos de jocosidad que puede ofrecer la cotidianidad y su paso de niña a mujer mediante un ligero pero profundo cambio de vestuario.
Sin embargo, lo más poderoso de esta pieza consiste en la perfecta mezcla de elementos musicales postmodernos como el uso de acorde del hip hop para recrear los viajes de Jane desde el hogar de su tía a la escuela de huérfanos, el paso de este lugar a Thornfield, cuyo nombre en inglés es una clara alegoría al tormentoso camino que le espera a Jane para encontrar la felicidad en ese lugar o su fuga hasta la casa de un misionero que la ayuda en el momento más trágico de su vida entre otros, con melodías de rhythm and blues para recrear los momentos más dolorosos de su vida y la disputa interior de sus voces internas, navegando por melodías que recuerdan a clásicos de los musicales del cine como “La novicia rebelde”, haciendo un claro puente en que esa necesidad de encontrar un lugar en el mundo y pelear por tener un ideal por el cual vivir se ha mantenido a través del tiempo, hasta llegar a canciones de góspel para recrear la muerte de varios de los personajes de la historia y los sentimientos de abandono que persiguen a Jane en cada una de las dolorosas circunstancias que rodean su vida.
También cabe anotar, que esta adaptación logra generar una fuerte carga simbólica al utilizar en el escenario el sentido trágico de la muerte como la estancia definitiva de la existencia, no glorificándola o mostrándola como un descanso, sino reforzando su desolación al enviar a los personajes que fallecen en la obra hacia la parte de abajo por una puerta que los conduce a un mundo oscuro que el espectador no puede ver, así como mostrar los momentos más dramáticos e intensos en la partes centrales de la historia y apagando las luces en el resto del escenario para centrar la atención de la audiencia en las almas de Jane y Edward que son presas de sus tormentosos pasados y solo en ellos mismos pueden encontrar un refugio a su dolor mediante su compañía mutua, que los hace rehacerse como seres humanos.
Por lo tanto esta versión de “Jane Eyre”, logra acercar a nuevas generaciones de audiencias a una novela que ha sido llevada múltiples veces al cine y a la televisión, pero que gracias a la magia del teatro adquiere un nuevo aire de actualidad, donde el dolor de una mujer en busca de afrontar la adversidad se convierte en un mensaje más que contemporáneo sobre cómo a pesar de las adversidades el alma humana puede encontrar en el amor y en el perdón una oportunidad de resurgir gracias a la reconciliación con el pasado y la reflexión que este permite hacer sobre el futuro.
Escrita por Ángel Galindo,
docente y periodista freelance.
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