“13 Minutos”: El atentado que hubiera podido salvar al mundo
por Angel Galindo
El 8 de noviembre de 1939 un valiente relojero alemán cansado de la manera como el líder nazi Adolf Hitler estaba llevando a Alemania al caos, la intolerancia y a una guerra que podría destruir a todo el país, tomaría curso de acción en la cerveceríaBürgerbräukelleal plantar una bomba que por tan solo trece minutos fallaría en su cometido de asesinar a Hitler y evitar el colapso definitivo de esta nación europea.
Inspirado en estos hechos, el director nominado al Oscar a mejor película extranjera en el año 2004 por “La caída” Oliver Hirschbiegel presenta “13 minutos”, (Que se estrenará el próximo 27 de marzo), su más reciente filme, que ofrece al espectador una mirada humana pero a la vez trágicamente romántica de Georg Elsner, este brillante relojero que se ve obligado a volver a su pueblo natal para evitar que su ebrio padre venda la casa materna verá con sus propios ojos como aquellas personas sencillas rápidamente se permearían de la ideología nacional socialista mediante el surgimiento de una tendencia al odio a los judíos, el encarcelamiento de aquellos que no sigan las ideas del partido y la lenta pérdida de libertades individuales para quienes no tengan ninguna filiación al régimen Nazi, harían que este hombre atormentado por la mojigatería de su sociedad y la incapacidad de cuidar de sacar a la mujer que ama del sometimiento de su esposo hacen que vea como única salida para salvar a su nación acabar con la vida de su actual líder mediante los medios que fuesen necesarios.
Pero Hirschbiegel no solo se queda en el retrato de acontecimientos históricos presentados mediante cortas informaciones visuales sino también mediante maneja el flashback para convertir cada interrogatorio a Elsner, interpretado con pulcritud y compromiso por Christian Friedel, en la manera de conocer más sobre su personalidad, su entorno, sus amores y la pasión por la música y el baile mientras el sonar de un incesante reloj en cada escena de interiores refleja el inevitable destino que le espera a este conspirador que actúa solo bajo la necesidad de hacer valer su punto de vista y presa de la desesperación como la única herramienta para lograr el cometido de recuperar algo de la libertad perdida bajo el sacrificio de la suya propia.
De otro lado este filme también rinde un homenaje a las convicciones profundas del individuo frente a la necesidad de expresar su inconformismo contra aquellos preceptos que devoran las sociedades de su tiempo, ya que su estoicismo ante las escenas de tortura, la resistencia a no revelar nada más que la verdad de los hechos a pesar de los cientos de crueles recursos utilizados por los nazis, ansiosos por obligarlo a proclamar una información acomodada motivarían a hombres como el comandante de la policía de Niebe a apoyar un intento de derrocar a Hitler en la ‘Operación Valkiria’ (Hecho recreado para la televisión por el director alemán Jo Baier en el año 2004 y en el cine en el año 2008 bajo la dirección de Bryan Singer y la actuación principal de Tom Cruise) , así como la humanidad de una secretaria que le entregaría el único recuerdo que tendría del amor de su vida hasta su muerte son reflejos de como un acto desesperado es a veces el único recurso que tiene un individuo para manifestar su inconformismo frente a una tendencia totalitaria y opresiva que subyuga los valores de una sociedad mediante el miedo, el terror o la creencia a ser parte de una condición superior.
Por tal razón el valor de “13 minutos” ofrece al espectador la oportunidad de ampliar sus nociones sobre la Alemania nazi y la lucha del individuo para expresar su descontento ante el absolutismo que no siempre viene directamente de la tiranía concebida por un mandatario sino del grado de complicidad y satisfacción que los ciudadanos que se convierten en cómplices de la crueldad y la intolerancia incitadas por la fuerza pero mantenidas mediante la dulce coacción del pensamiento colectivo irracional y falto de apreciación crítica.
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