El FICCI celebra el cine colombiano con su afiche de la edición 56 EL BAILE CONTINÚA…
El pasado se revela en el afiche de la edición 56 del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias -FICCI-. En él, Vicky Hernández baila para Luis Fernando Montoya durante el rodaje de La mansión de Araucaima, la mítica película de Carlos Mayolo que celebra 30 años en 2016. Un momento de alegría y sensualidad capturado por el lente de Eduardo "La Rata" Carvajal, fotógrafo colombiano que ha registrado los rodajes de algunas de las películas más significativas en la historia del cine colombiano, durante casi 4 décadas. EL FICCI celebra con esta imagen la historia y el buen momento del Cine Colombiano, tras un año sin precedentes para la cinematografía nacional.
En 2015 el cine colombiano recorrió el mundo cautivando la mirada de la industria cinematográfica, la crítica y los espectadores, y alcanzó algunos de los logros más importantes de su historia. Desde la Cámara de Oro en Cannes con la película La tierra y la sombra de César Acevedo, hasta recibir el 2016 con la primera nominación a los Premios Oscar para un largometraje colombiano: la película El abrazo de la serpiente de Ciro Guerra; además de tener una importante presencia en el último año en festivales de cine tan prestigiosos como Berlín, Toronto, Guadalajara, San Sebastián, Sundance y La Habana. En este excelente momento para la cinematografía nacional, el 56º Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias -FICCI- invita a una celebración para valorar a los cineastas, personajes y producciones que contribuyeron a la historia de nuestro cine y nos trajeron hasta este punto, con un afiche en el que, como en la imagen del #InolvidableFICCI55, seguimos recordando a través del baile.
En homenaje al 30º aniversario de La mansión de Araucaima, dos de sus personajes protagonizan el afiche oficial del festival. Esta película del influyente director colombiano Carlos Mayolo, estrenada en 1986, contó con las actuaciones de Adriana Herrán, José Lewgoy, Vicky Hernández, Alejandro Buenaventura, Luis Fernando Montoya y el mismo Carlos Mayolo. Insignia de la estética conocida como Gótico Tropical, La mansión de Araucaima cuenta la historia de un grupo de excéntricos personajes, habitantes de una casa que parece anclada en el tiempo, quienes ven su co-existencia perturbada por la súbita aparición de una joven modelo. Basado en un relato del escritor Álvaro Mutis, en ella se ve cómo una nueva mirada puede desestabilizar los esquemas y tradiciones del pasado.
En su propósito de acercarse a la memoria y la historia del cine colombiano, el Festival exploró varios archivos, entre ellos el archivo personal de Eduardo "La Rata Carvajal", fotógrafo colombiano de quién se realizará una exposición de su obra en el FICCI 56. Carvajal registró películas tan importantes del cine nacional como Agarrando pueblo de Carlos Mayolo y Luis Ospina (1978), Pura sangre de Luis Ospina (1982), La mansión de Araucaima de Carlos Mayolo (1986), La vendedora de rosas de Víctor Gaviria (1998), La virgen de los sicarios de Barbet Schroeder (2000), La sangre y la lluvia de Jorge Navas (2009), ¡Que viva la música! de Carlos Moreno (2015), entre otras. En esta fotografía, elegida como el afiche de nuestra edición 56, se contempla un instante, detenido en el tiempo, que hace parte de una historia llena de esfuerzos y luchas memorables, de alegría y locura, que nos ha traído hasta este feliz momento del cine colombiano.
El proceso de creación de este afiche también refleja una tendencia del cine contemporáneo que el FICCI 56 busca destacar a través de su programación. Un cine que sistemáticamente indaga en su pasado, histórico, estético, narrativo y formal. Una representación que también como recurso discursivo, ha recurrido con frecuencia al blanco y negro en los últimos años, para contemplar más profundamente lugares y personajes, realidades e historias. Al sustraer el color, estas representaciones adquieren la distancia suficiente para no solo indagar en la memoria del pasado, sino en un presente que se desdibujaría sin anclarse en la historia y la tradición. Esta imagen, es tan solo un fragmento entre muchos que nos cuentan otra historia, no solo la que transcurre en la película, sino, y quizás la más interesante, la que nos habla de la construcción de una cinematografía, que a través de generaciones, procesos históricos, convulsiones nacionales, y mil y otros avatares se nos revela, como este negativo, este trozo de un gran mosaico del cual, de algún modo, todos hacemos parte.
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