WHIPLASH MÚSICA Y OBSESIÓN
“WHIPLASH”
GANADORA DE UN PREMIO
GLOBO DE ORO:
• Merjor Actor de Reparto
J.K. Simmons
CINCO NOMINACIONES A LOS
PREMIOS OSCAR:
• Mejor Película
• Merjor Actor de Reparto
J.K. Simmons
• Merjor Guión Adaptado
• Merjor Montaje
• Merjor Mezcla de Sonido
CRÉDITOS
ELENCO
Andrew MILES TELLER
Fletcher J.K. SIMMONS
Nicole MELISSA BENOIST
Jim PAUL REISER
Ryan AUSTIN STOWELL
Carl NATE LANG
Vecino de Dormitorio MAX KASCH
Sr. Kramer DAMON GUPTON
Escrita y Dirigida por Damien Chazelle
Productores Jason Blum, Helen Estabrook, David Lancaster, Michel Litvak
Productores Ejecutivos Jason Reitman, Jeanette Brill, Couper Samuelson, Gary Michael Walters
Co-Productor Nicholas Britell
Director de Fotografía Sharone Meir
Diseñadora de Producción Melanie Paizis-Jones
Editor Tom Cross
Banda Sonora Original por Justin Hurwitz
EN CINES FEBRERO 26/2015
Sinopsis
Andrew Neiman es un baterista de jazz de 19 años que sueña con la grandeza, pero no está seguro de que su sueño se convierta algún día en realidad. Afectado por la fallida carrera de escritor de su padre, Andrew está decidido a ascender hasta lo más alto del conservatorio de música más elitista del país. Una noche Terence Fletcher, un director musical igualmente conocido por su talento para la enseñanza y por sus temibles métodos de instrucción, descubre a Andrew mientras éste practica la batería. Aunque Fletcher le dice muy poco en ese momento, enciende en Andrew la pasión para alcanzar su objetivo. Para sorpresa de Andrew, al día siguiente Fletcher solicita que lo transfieran a su banda. Este simple acto cambia la vida del joven para siempre.
Al principio Andrew es un “suplente” limitado a dar vuelta a las páginas de música del baterista “principal”. Sin embargo, por un evento fortuito o de sabotaje, en el siguiente concurso de la banda se pierde la partitura del baterista principal y Andrew tiene oportunidad de tocar debido a que se aprendió la música de memoria. A pesar de que este acto lo aleja aun más de sus colegas músicos, la banda gana el concurso y parece que él se convierte en el nuevo "hijo favorito" de Fletcher.
Más resuelto por esta aceptación, Andrew reúne el valor para pedirle una cita a Nicole, la chica de la taquilla de un cine local, por la cual siente un amor callado y no correspondido. Pero cuando está con ella, la ansiedad musical de Andrew amenaza con arruinar incluso sus más genuinos avances románticos.
El maniático esfuerzo de Andrew para alcanzar la perfección es impulsado también por el tesón psicológico de Fletcher. La familia de Andrew apenas puede reconocer al obsesivo joven con cara de piedra que se sienta en la mesa de su hogar. Andrew incluso logra que su moderado padre se exprese con aspereza.
Entre más cerca se encuentra Andrew de la perfección, más estrecho se vuelve su círculo de personas cercanas, hasta que se queda solo con Fletcher, pero aun esa relación llega a estar en peligro debido a las feroces ambiciones de Andrew.
Un viaje que se puede ver alternamente como un descenso a la locura o un ascenso a la grandeza y llega a un crescendo en la más maravillosa plataforma para el talento de Andrew, el implacable escenario del Carnegie Hall.
Declaración del Director
Hay muchas películas acerca de la alegría de la música. Pero cuando era un joven baterista en una orquesta de jazz de la escuela al estilo de un conservatorio, la emoción que sentía más a menudo era distinta: miedo. Miedo a tocar mal. Miedo a perder el ritmo. Y más abrumadoramente, miedo a mi director. Con Whiplash - Música y Obsesión, deseaba hacer una película acerca de la música que se sintiera como una cinta de guerra o de gansters, donde los instrumentos sustituyeran a las armas, donde las palabras fueran tan violentas como las pistolas, donde la acción se desarrollara no en un campo de batalla, sino en un salón de ensayos de la escuela o en una sala de conciertos.
La leyenda del jazz que siempre me intrigó al máximo es la del joven Charlie Parker. Si hubieses preguntado a cualquier contemporáneo de Charlie cuando él tenía 16 o 17 años quién sería el más grandioso músico de su generación entre los jóvenes de Kansas City, nadie hubiera pensado en él. Para ellos era sólo un ansioso chico de talento mediocre. Sin embargo algo pasó en los últimos años adolescentes de Charlie, pues cuando cumplió 19 tocaba alguna de la mejor música que se ha escuchado. ¿Cómo ocurrió eso? Bueno, según cuenta la historia, una noche Charlie tocó en un evento importante en el Reno Club y arruinó su solo: el baterista le arrojó un platillo a la cabeza y el público lo abucheó fuera del escenario. Charlie se fue a la cama con lágrimas en los ojos y musitó "Arreglaré esto". Practicó como loco el año siguiente y cuando volvió a Reno, maravilló al mundo entero.
Como estudiante de bachillerato, invertí muchas horas cada día encerrado en un sótano insonorizado, practicando la batería hasta que mis manos sangraban, mientras soñaba en una transformación similar. Me sentía inspirado por un héroe local, mi director musical de la escuela, que había sido capaz de su propia y maravillosa transformación una década atrás: convertir a una incipiente banda de jazz de una escuela pública de Nueva Jersey en uno de los mejores grupos de su tipo en el país, de acuerdo con Down Beat Magazine, un conjunto que tocó en dos ceremonias presidenciales e inauguró el JVC Jazz Festival en Nueva York. Durante años la batería fue mi vida y por primera vez la música se asoció en mi mente sobre todas las cosas no con diversión, esparcimiento, o expresión personal, sino con miedo.
Mirando atrás me preguntó cómo y por qué ocurrió eso. Mi trayecto como baterista culminó con honores y reconocimientos nacionales, pero aún puedo recordar vívidamente las pesadillas, las náuseas y las veces que dejé de comer, los días de terrible ansiedad, todo ello al servicio de un estilo de música que trata, en su superficie, de la libertad y la alegría. Lo más crucial para mí en aquellos días fue una sola relación, la que había entre mi maestro y yo. Y es justamente esa relación, tan cargada de miedo y tensión, lo que quise explorar en Whiplash - Música y Obsesión. Si la tarea de un maestro es impulsar a un estudiante a la grandeza, entonces ¿hasta qué punto es suficiente? ¿Acaso Charlie Parker necesitó ser abucheado en el escenario para convertirse en un “Bird”? ¿Cómo conviertes a alguien en grande?
Para captar las emociones que sentí en mis días como baterista, busqué filmar cada interpretación musical en la película como si se tratara de un concurso de vida o muerte, como una persecución de automóviles o un robo bancario. Deseaba mostrar todos los detalles que recordaba, la dureza y ansiedad y esfuerzo que requiere un trabajo de músico. Los tapones para los oídos y las baquetas rotas, las ampollas y las manos cortadas, el incesante conteo y el sonido de los metrónomos, así como el sudor y la fatiga. Al mismo tiempo quería captar estos volátiles momentos de belleza que la música permite y que la película también integra conmovedoramente. Cuando escuchas un solo de Charlie Parker entras en un estado de éxtasis. ¿Todo el sufrimiento que Parker soportó por su arte valió la pena para que pudiéramos disfrutar los resultados décadas después? No lo sé, pero creo que es una pregunta que vale la pena formular, una pregunta que va más allá de la música, incluso más allá de las artes y se fusiona con un concepto muy sencillo pero fundamental para el carácter estadounidense: la grandeza a cualquier costo.
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