A pesar de lo difícil que pueda parecer la vida, donde hay vida, habrá esperanza.
– Stephen Hawking
Fecha de Estreno: 15 de Enero de 2015
Fecha de Estreno: 15 de Enero de 2015
El amor, apoyo y la determinación de Jane son inquebrantables y la pareja se casa. Con su nueva esposa luchando incansablemente a su lado, Stephen se niega a aceptar su diagnóstico. Jane alienta a Stephen para que termine su doctorado, que incluye su teoría inicial sobre la creación del universo. Empiezan una familia y con su recién obtenido y muy celebrado título de doctor, Stephen empieza su trabajo científico más ambicioso, investigando sobre algo de lo que tiene poco: tiempo. Mientras su cuerpo se enfrenta a más límites, su mente continúa explorando los límites de la física teórica.
Juntos, él y Jane vencen probabilidades imposibles, rompiendo terreno en medicina y ciencia y logrando más de lo que podrían haber soñado, y hasta ya bastante entrado el siglo XXI.
Una presentación de Universal Pictures/Focus Features de una producción de Working Title. Eddie Redmayne, Felicity Jones. The Theory of Everything. Charlie Cox, Emily Watson, Simon McBurney, con David Thewlis. Elección de elenco por Nina Gold. Música por Jóhann Jóhannsson. Diseñador de vestuario, Steven Noble. Diseñadora de cabello, maquillaje y prostéticos, Jan Sewell. Editor, Jinx Godfrey. Diseñador de producción, John Paul Kelly. Director de Fotografía, Benoît Delhomme, AFC. Co-Productor, Richard Hewitt. Productores ejecutivos, Amelia
Granger, Liza Chasin, David Kosse. Basada en el libro Travelling to Infinity: My Life with Stephen de Jane Hawking. Guión de Anthony McCarten. Producida por Tim Bevan, Eric Fellner, Lisa Bruce y Anthony McCarten. Dirigida por James Marsh.
THE THEORY OF EVERYTHING
Una breve crónica
El tiempo siempre ha sido sujeto de fascinación para el astrofísico brillante Stephen Hawking: ¿cuándo comenzó el universo? ¿Cuándo terminará? Y todos los puntos en medio de esas dos cuestiones. El libro A Brief History of Time del conocido profesor ha vendido 10 millones de copias a nivel mundial.
Pero dicho concepto le pegó a nivel personal cuando, en 1963, a los 21 años de edad, le dieron dos años de vida después de un diagnóstico de enfermedad de las neuronas motrices (MND, relacionado con ALS; el segundo se conoce comúnmente como enfermedad de Lou Gehrig).
Él quería vivir, a pesar de las constricciones inminentes contra su capacidad de habla y de movimiento. Él quería amar y ser amado por la mujer que llegaría a ser su esposa. Contra todo lo esperado, llegaría a tener eso y mucho más.
Sin importar qué tan fuerte fuese su fuerza de voluntad, no lo podría haber logrado solo. Fue acompañado durante su travesía por Jane Wilde, próximamente Jane Hawking. Una mente brillante en sí misma, ella se dedicó a Stephen y a su matrimonio y familia.
Sobreviviendo su diagnóstica década tras década, Stephen continuó explorando los límites de la física teórica, llevando a nuevos descubrimientos. Para la llegada del S. XXI su nombre se pronunciaba en el mismo tono que el de Albert Einstein.
El guionista y productor, Anthony McCarten, lleva mucho tiempo fascinado por el Profesor Hawking; en particular, con el tiempo y el esfuerzo que le llevó al hombre severamente discapacitado físicamente el escribir su libro más influyente. “Le ha dado luz a la física al resto del mundo y hay un sentido de lo profundo en toda su obra”, dice McCarten. “Eso se vio potencializado por la situación física de Stephen, que sólo le permitía componer sus comunicaciones a la velocidad agonizante de una palabra por minuto. Ahí, en un solo hombre, se encontraba la yuxtaposición de proeza mental extraordinaria e incapacidad física extraordinaria.
“Su mente continuó abriendo una frontera tras otra en una exploración implacable, así que mientras se contraía, también se expandía. Algo apto para un hombre que ha dedicado su vida entera a estudiar el universo”.
McCarten se conmovió ante las memorias de Jane Hawking, Travelling to Infinity: My Life with Stephen. Descubrió “una historia de amor maravillosa entre dos personas, increíblemente intensa y obstaculizada: primero por el decaimiento físico y luego por la llegada de la fama a sus vidas. Cuando la noticia de su muerte inminente mostró ser exagerada y dos años se volvieron diez, y luego veinte, la situación exigía que su amor tomara formas atrevidas y poco ortodoxas para sobrevivir. Su historia es una historia de amor sin precedentes”.
Imaginando la historia de la pareja como un largometraje, empezó a escribir una adaptación a guión cinematográfico del libro sin ninguna garantía. Conoció a Jane en su casa para discutir el proyecto con ella. “Siempre me sentiré agradecido por ella por haber contestado el timbre de su casa y por haberme invitado a entrar. No se hicieron promesas ese día y nuestro diálogo continuó por un tiempo”, anota.
Tras varias versiones del guión, le presentaron a la productora Lisa Bruce por medio de su agente mutuo, Craig Bernstein. Ella conocía a Stephen Hawking únicamente como un hombre brillante en silla de ruedas que se comunica a través de un equipo mecánico activado por la voz. A Bruce le pareció revelador el guión.
Anota, “mucha gente no piensa sobre la vida doméstica de Stephen Hawking, mucho menos saben que solía hablar y caminar y definitivamente no saben que tiene hijos. Ves más allá del genio y encuentras a un padre, un esposo y, debajo de todo eso, un optimista eterno.
“Pero, a mi gusto, el elemento más poderoso de esta historia está en que nunca hubiera logrado lo que logró sin una pareja como Jane”.
Lo que también le llamó la atención a Bruce fue que la historia de amor entre Stephen y Jane era única y a la vez universal. Explica, “nadie ha vivido lo que la pareja Hawking ha experimentado juntos. Eran dos jóvenes con toda su vida por venir, llena de promesas, a quienes les cae una bomba y a Stephen le dan dos años de vida; es decir, una condena de muerte a los 21 años de edad. Sin embargo, a pesar de huir de ello, eligieron enfrentarse a una vida imposible juntos. En ese sentido creo que son una de las historias de amor más inspiradoras de nuestros tiempos”.
El matrimonio evolucionaba y se adaptaba mientras Stephen daba pasos significativos en su trabajo. Bruce duce, “en esta película se cubren 25 años de la relación de Jane y Stephen mientras los vemos lograr cosas que ni siquiera los más aptos corporalmente podemos imaginar. A ese nivel, es única. Al mismo tiempo, amar y querer a alguien es algo universal”.
“Jane hizo algo extraordinario”, dice McCarten. “Le dijo a Stephen: sí, me caso contigo y nos embarcaremos juntos en ese viaje. Esto fue esencial para Stephen, ya que, como él mismo admite, estaba en un momento oscuro en ese entonces. Apenas comenzaba su vida cuando le dijeron que terminaría y pronto. A pesar de la incertidumbre, con Jane entró feliz y optimista al matrimonio.
“Fue un punto de inflexión profesional y personal al mismo tiempo. Con la ayuda de Jane se sobrepuso a su depresión y el cronómetro de su prognosis fue una chispa para su proceso mental. En muy poco tiempo comenzó a lograr su potencial como astrofísico. The Theory of Everything sigue su ascenso intelectual junto a su deterioro físico; y, a través de todo eso, de alguna manera Stephen encuentra el valor e impulso interno no sólo para afrontar las circunstancias sino también para prevalecer. Un logro realmente sorprendente”.
A McCarten y a Bruce les llevó varios años asegurar los derechos legales y la bendición y permiso de Jane y Stephen para que esta historia de amor se hiciera película. Durante esos años trabajaron juntos incansablemente en la historia, prometiendo huir del sensacionalismo o de hacer de la historia de la pareja algo excesivamente sentimental y comprometiéndose a transmitir la complejidad del matrimonio.
McCarten afirma, “es un éxito que pudieron caminar por ese terreno difícil juntos y logrado tener un matrimonio que duró décadas. Stephen y Jane ambos nos muestran lo que pueden lograr los seres humanos cuando deciden hacer algo. Sin embargo, al permitir el guión, tuve que dejar lugar para mostrar sus ánimos y frustraciones, mismas que eran completamente comprensibles. Nuestra película celebra a Stephen, pero no intenta volverlo un ídolo mitológico; él tenía emociones muy negativas sobre la pérdida de su fortaleza física y lo mostramos , al igual que mostramos los puntos bajos y altos del matrimonio”.
“The Theory of Everything se trata tanto de la física del amor como del amor a la física”.
El cineasta premiado por los Premios Óscar, James March, se unió al proyecto. Los productores galardonados de Working Title Films, Tim Bevan y Eric Fellner, con quienes Bruce había creado la película para televisión telefilm Mary and Martha, se unieron también al equipo.
Bruce dice, “A Tim y a Eric les importaba mucho este historia y lograr que la contáramos apegados a la verdad y al poder emocional que tenía la vida de los Hawkings. El apoyo de Working Title fue abrumador”.
“Todos creían que dada la forma en la que ha mostrado empatía con personajes basados en historias reales en sus películas, James tendría la sensibilidad que esta historia requería para ser contada”.
Marsh, que obtuvo un Premio de la Academia por su documental Man on Wire, seguía trabajando en películas narrativas y de no-ficción. Cuando recibió el guión el director admite que “tenía una imagen fija de Stephen Hawking como la brillante mente científica en silla de ruedas y con una máquina de voz”.
“Sin embargo, me enamoré rápidamente del punto de vista desde el que lo narra Anthony. Encontró un ángulo fascinante: contar la historia desde la perspectiva de la mujer que se estaba enamorando de un hombre con un cuerpo funcional y que posteriormente toma la decisión crítica de quedarse con el hombre que ama cuando lo diagnostican con una enfermedad terminal. La historia de amor conmovedora e inusual que escribió Anthony era bastante original a la hora de mostrar cómo es vivir con alguien que es incapacitado, y a la vez, un genio y la carga que eso significó para la carrera de Jane y para ella como esposa y como madre. Era territorio muy fértil”.
El director también se sintió atraído por The Theory of Everything porque su espíritu le recordaba a Man on Wire ya que ambas se tratan de hombres que desafían los límites convencionales del ser humano. Dice, “definitivamente hay una afinidad y también una ironía cósmica: Stephen está físicamente limitado, y no obstante, mentalmente puede ir a donde sea que quiera ir. Su mente puede viajar y, en efecto, logra viajar a los límites del universo, pero su cuerpo está constreñido”.
El cambio de tono que Marsh buscó fue mostrar que “la historia de Stephen Hawking, a pesar de ser agridulce, no es una tragedia a pesar de que una enfermedad casi fatal que empieza a atacar a un hombre joven prometedor de cuerpo sano tiene todos los elementos para ser tragedia. Es el carácter de Stephen lo que saca a eso de la ecuación, su desafío a la enfermedad a través del humor, a perseverancia y el valor hace que esta historia, al final, sea lo opuesto a una tragedia”.
“Cincuenta años más tarde, Stephen sigue vivo y eso es algo increíble”.
De por sí un hombre que ha volcado nuestro concepto de la creación del universo, el Profesor Hawking continúa a retar e inspirarnos en este nuevo milenio.
Ser Stephen
“El papel de Stephen Hawking iba a ser algo intimidante para cualquier actor”, admite el guionista y productor Anthony McCarten. “Es una figura conocida muy conocida, un ícono. Mi guión pedía a un actor que pudiera mostrarle a la audiencia la evolución de un hombre durante 25 años, de ser completamente funcional a tener sólo el uso de algunos músculos –principalmente una mano y movimientos faciales limitados– y que su voz fuese reemplazada por la de una máquina”.
El director James Marsh añade, “quien fuera a tomar este papel tendría que prepararse mucho. También tendría que convencer a quienes conocieron a Stephen como un joven y penoso estudiante universitario”.
Los productores Tim Bevan y Eric Fellner habían trabajado recientemente con una estrella emergente británica, Eddie Redmayne, en la exitosa película Les Misérables y el actor ya sabía del guión de McCarten. Marsh comenta, “me sentí entusiasmado cuando surgió el nombre de Eddie y supe inmediatamente que él sería una gran opción. Su nivel de compromiso con el papel fue extraordinario y estaba con nosotros en todo; no sólo para la preparación física, sino también para la psicológica”.
La productora Lisa Bruce dice, “Eddie fue intenso en su disposición para trabajar desde el primer día. Fue realmente increíble ver su evolución mientras capturaba ambos lados: el del Stephen que creemos que conocemos y el hombre detrás de esa imagen”.
Redmayne dice, “cuando leí el guión me sentí impresionado por lo que este hombre ha experimentado y hecho desde 1963. Es una de las cosas más inspiradores que he leído. Stephen Hawking es un ícono de la esperanza”.
“Pero esta película también se trata del humano detrás del ícono. Cuando lo conocemos en la historia tiene 21 años de edad y es energético y atlético. De ahí vive una vida completa con un destello en el ojo y continúa haciéndolo ahora. Hay diferentes facetas de él: lo ingenioso, la genialidad, la terquedad, etc. Me dio la impresión de que tiene personalidad de estrella de rock”.
Llevando acabo más investigación sobre la vida de los sujetos, Redmayne encontró que el profesor venía de una familia de intelectuales, mientras que la decisión de Jane Wilde de perseguir una carrera académica aún se consideraba valiente en la década de los 60. “Eran dos personas muy diferentes, ambos extraordinarios, pero desde polos opuestos”, dice. “Me pareció irresistible la idea de que dos humanos se completen y desafiando todas las probabilidades. Ah, ¡y qué romántico!”
El reto de los requerimientos físicos para representar a Stephen Hawking se avecinaba. Como le dijo a Redmayne su amigo, y próximamente actor en el mismo elenco, Charlie Cox cuando el primero le contó del papel: “No te quedará otra opción más que dar todo de ti”.
En consecuencia, Redmayne analizó hasta los detalles más pequeños sobre el hombre que estaría representando. Dice, “Jane habla en su libro sobre cómo Stephen tenía cejas increíblemente expresivas. Me pasé meses frente a un espejo trabajando eso”.
“Cuando conocí a Stephen, noté que cuando asiente hace un estilo de sonrisa y que ‘no’ es casi una mueca; sin embargo, sólo se manifiestan en un par de los músculos faciales, así que aprendí cómo aislar el control sobre esos músculos”.
Redmayne añade, “la producción me rodeó de un equipo extraordinario. James Marsh instó a todos a que colaboraran y me dio la libertad para trabajar de cerca con los distintos departamentos”.
“Una de las aventuras más grandes al representar este papel fue trabajar con gente sumamente capacitada. Todos estábamos enfrentándonos a algo que nunca habíamos hecho antes, lo cual era bastante especial”.
La entrenadora vocal Julia Wilson-Dickson y el director de movimiento Alex Reynolds entraron temprano al equipo para trabajar con Redmayne. Reynolds coordinó con el actor cómo las diversas etapas degenerativas de la enfermedad de las neuronas motrices se expresaría completamente en pantalla, como lo pedía el guión”.
Redmayne obtuvo permiso para visitar a pacientes con MND tanto en clínicas como en sus casas. Explica, “sentí la responsabilidad de transmitir esto como una condición existente”. El actor se considera afortunado de haber podido conocer también a Stephen y se “disculpó inmediatamente con él por haber elegido estudiar historia del arte”.
Como no hay documentación de Stephen en las etapas tempranas de su deterioro, Redmayne y Reynolds consultaron con un doctor especializado en enfermedad de las neuronas motrices para poder graficar mejor la progresión. Redmayne también compartió los resultados de su investigación con Wilson-Dickson. Para llevar los resultados durante la grabación de 48 días, Redmayne creó una gráfica de números ascendientes que marcaba qué tan avanzada estaba la enfermedad en cada escena; un método que resultó ser valiosísimo ya que, como la mayoría de los largometrajes, The Theory of Everything no se grabó en secuencia.
“Eddie se preparó durante dos meses para poder dar los diferentes niveles de representación”, dice McCarten. “Tenía que estar consciente cualquier día y durante cualquier escena, preguntándose, ‘¿esta es la cuarta etapa de mi voz? ¿Eso significa que es la tercera de mi cuerpo?’”
“Pasaba de trabajar ‘un día 4.3’ a trabajar una escena diez años anterior y grabar, al día siguiente, ‘un día 2.7’. Cada día le pedía todo su talento, disciplina e inteligencia”.
Marsh se valió de la gráfica como “un texto sagrado, porque demostraba qué era posible y qué no era posible para Stephen en un momento dado. Esto tuvo mucho impacto sobre cómo el director de fotografía, Benoît Delhomme, grababa una escena y en cómo la encuadrábamos”.
“Éramos sensibles a la habilidad de Eddie de atraer a la audiencia con poco más que una mirada y un pequeño movimiento corporal. No es fácil que un actor logre eso y tubo un costo físico para él. Cada día la pasaba en una posición de estrés que tenía que mantener durante horas, mientras que a la vez, tenía que lograr que el carácter del personaje se transmitiera a pesar de la discapacidad”.
McCarten dice, “viendo Eddie trabajando día a día en la grabación, dejé de verlo a él y comencé a ver a Stephen Hawking”.
Marsh concluye, “Por más impresionantes que son los factores técnicos de la representación de Eddie, es aún más impresionante que a todo le da vida emocional”.
Volverse Jane
Para representar a Jane Hawking, los cineastas necesitaban a una actriz que se enfrentara a menos cambios físicos pero una gran cantidad de cambios psicológicos, encarnando las emociones de una columna de soporte.
El director James Marsh comenta que “Las contribuciones de Jane a la historia son todas emocionales. Sentí que Felicity Jones haría buen equipo de actores con Eddie Redmayne, y efectivamente, lo hizo. Como director me pareció emocionante colaborar con ella”.
“Había muchas escenas difíciles en las que Eddie estaría expuesto físicamente y Felicity estaría expuesta emocionalmente. Ella tenía que mostrar sentimientos paradójicos y eso es algo difícil de lograr. Tenía que transmitir de forma simultánea lo que se siente amar a alguien con una enfermedad debilitante y también las cargas que eso implicaba para ella como amante y como mujer de carrera”.
Jones admiraba “la empatía del guión hacia otros seres humanos. Como actriz, estaba feliz de tener la oportunidad de representar a un personaje y a su desarrollo a lo largo de tantos años”.
El guionista y productor Anthony McCarten dice, “Felicity construyó una caracterización profunda de Jane, caminando por una vereda frágil entre la fortaleza y la debilidad”.
Tras leer con voracidad tanto el guión como las memorias, la actriz consideró importante conocer a Jane Hawking desde temprano. “Ella es alguien que nunca se rindió”, dice Jones. “Dedicó su vida a Stephen, pero a la vez, retuvo su propio sentido de identidad. Era importante para ella ser reconocida por sus logros y por eso continuó sus estudios mientras lo cuidada y criaba a una familia. ¡Qué cosas logró esta mujer!”
McCarten narra, “Jane y Felicity se vieron varias veces I sé que eso tuvo impacto sobre su actuación. Felicity podría transmitir con más facilidad qué tanto le sucedía a Jane debajo de la superficie; las intensas y agitadas emociones internas. Practicar esas escenas una y otra vez la sumergió en la mentalidad de Jane y de su poderosa habilidad para mantener las cosas unidas”.
“Siento que Felicity capturó a la Jane que he llegado a conocer. Hay una autenticidad en su representación y mucha disciplina y eso espejea las fortalezas de Jane”.
La productora Lisa Bruce añade, “Felicity hizo un trabajo increíble porque era delicada y a la vez poderosa al mismo tiempo. Su papel ancla la historia de muchas maneras como lo hizo Jane con Stephen durante su matrimonio”.
El amor entre Jane y Stephen está en el corazón de la película y la efectividad de la segunda mitad de la historia se ve resaltada por el brillo del romance inicial; en especial la secuencia de May Bell, misma que es la bella pieza central de la película. Marsh explica, “su matrimonio se vuelve complicado en la segunda etapa así que tenemos que creer que tan locamente enamorados estaban Jane y Stephen desde el principio. Tenía que existir una gran vulnerabilidad y mucha ternura de ambas partes”.
Jones declara, “creo que hubo atracción sexual inmediata entre Stephen y Jane, pero al mismo tiempo fue un encuentro mental. Creo que se retaban el uno al otro; había una competitividad entre ellos, algo que suele suceder entre dos personas que son muy inteligentes, y a la vez, muy distintas. Y eso ayudó a que se creara esa unión entre ellos”.
Redmayne y Jones se unieron como amigos y colegas y encontraron que, a pesar de todas las meticulosas preparaciones, los dos estaban expuestos a serendipia en el mismo set. Redmayne dice riendo, “A veces Felicity estaba fuera de cámara improvisando líneas o gritándome cosas para mantenerme fuera de equilibrio. Sólo puedes hacer eso con alguien a quien le tienes mucha confianza y confié en ella implícitamente. Le tengo mucho respeto a Felicity; ella es sensacional”.
“Había días en la grabación en los cuales nuestro trabajo espejeaba directamente lo que vivieron Stephen y Jane. Yo tendría que decirle a Felicity, ‘yo realmente no puedo hacer lo que dice en el guión, vas a tener que levantar mi brazo’”. Esto sucedía en medio de una escena emocionalmente compleja y ella tenía que trabajar con mis limitaciones. Eso fue duro para ella pero tanto ella como yo salimos de trabajar juntos en The Theory of Everything con gran afecto el uno para el otro”.
Jonathan
La productora Lisa Bruce comenta, “esta película es una historia de amor muy madura porque no se amarra bella y ordenadamente. Aunque todos los matrimonios cambian con el tiempo, el nivel de presión colosal al que se enfrentaba el matrimonio de los Hawkings hubiera destruido a muchos desde el inicio; y, sin embargo, estuvieron juntos mucho tiempo. Lo que enfrentaron es algo que nunca hemos experimentado en una historia de amor y, para mí, ese es el motivo por el cual esta película es un viaje diferente y poderoso en el que vale la pena embarcarse”.
Felicity Jones admite que se quedó fascinada ante el hecho de que “mientras Stephen y Jane estuvieron juntos, Jane conoció a alguien más y Stephen le dio la bienvenida a su casa. Había algo poco convencional pero honesto en la dinámica entre estas tres personas. Logré explorar tanto la relación de Jane con Stephen y también de su relación con Jonathan”.
El director de coro viudo, Jonathan Hellyer Jones, representado por Charlie Cox, dobla el arco emocional de The Theory of Everything. Jones dice, “siento que la relación de Jane y Stephen había llegado a un punto en el que no podía continuar de la misma forma. Eso se aborda cuando Elaine [Mason, la enfermera representada por Maxine Peake] llega más adelante. Es complejo y maravillosamente humano”.
Cuando Jonathan entra a la historia y se vuelve parte de ella a un grado sorprendente, Marsh buscó transmitir “una harmonía bella que se crea entre tres adultos. Inevitablemente, a través de sus necesidades en común, Jane y Jonathan comienzan a enamorarse y eso es algo que Stephen tiene que aceptar”.
Cox observa, “Jane se encuentra en un momento de impaciencia cuando, por casualidad, conoce a Jonathan. Ella comienza a ayudar a la familia Hawking, pero, cuando desarrolla sentimientos hacia Jane, tiene que tomar decisiones sorprendentes. Es un buen hombre que intenta hacer lo correcto”.
“Lo que es bello sobre la forma en la que Anthony construyó el guión es que te involucras emocionalmente con los tres personajes y sus historias de amor respectivas. En el set, James creó un ambiente de libertad para que pudiéramos llegar a la médula de los momentos entre nuestros personajes”.
Marsh halaga a Cox por “restarle importancia a la atracción de John hacia Jane. Su trabajo muestra buen juicio y está matizado así que pudimos mostrar cómo Stephen sentía empatía por Jonathan”.
Lugares en el corazón
Como codirectores de una de las compañías de producción de películas más grandes del mundo, los productores Tim Bevan y Eric Fellner han hecho películas en todo el mundo; y también las han hecho más cerca de casa. En consecuencia, para la grabación en locación en el Reino Unido para The Theory of Everything, los cineastas obtuvieron acceso considerable a Cambridge, tanto el pueblo como las instalaciones donde comenzó la historia de amor de Jane y de Stephen Hawking. Cambridge también fue donde se asentaron y crearon su hogar y su familia”.
Los sitios de grabación de la producción incluían a St. John’s College; en realidad, Stephen asistió a Trinity Hall, pero 50 más adelante el lugar mostró no ser apto para grabar en él. El productor y guionista Anthony McCarten nos dice, “St. John’s es una de las facultades más bellas, si no es que la más bella, en Cambridge. El corredor principal se conoce como ‘el pastel de bodas’ porque tiene un ambiente de grandeza”.
Otra ubicación clave fue el laboratorio de Cavendish donde se partió por primera vez un átomo y al que Stephen le confían una llave, como si le hubieran pasado la tarea de descubrir cosas nuevas. “Los lugares como Cavendish le añaden magia a la película por lo que se transmite con su propia estética y diseño”, dice McCarten.
El director James Marsh concuerda, añadiendo que “grabar en Cambridge nos dio mucha textura, un sentido de la vida universitaria y la vida académica. Una gran parte de la vida de Stephen la pasó en la academia. Pudimos grabar exteriores y algunos interiores durante una semana y, por suerte, eso incluyó la escena crucial del May Ball, en la que Stephen y Jane logran un gran avance romántico”.
El profesor Stephen Hawking asistió a la grabación de la secuencia del May Ball junto con dos de sus hijos con Jane, Lucy y Timothy Hawking. Jane también visitó la grabación de la secuencia del May Ball con Jonathan Hellyer Jonas. En ratos libres, Jane guió a los cineastas a locales en Cambridge que tenían significado sentimental para ella y para Stephen”.
La arquitectura medieval y la atemporalidad de Cambridge también se ven en la pantalla en las escenas en Trinity Lane, el teatro de la escuela de artes, de la cual se grabaron tomas en laboratorio y en salones de clases”.
Cambridge como telón de fondo le dio una consistencia a la estética de la película y a su temporalidad de dos décadas en la vida de los Hawking, aunque el diseñador de producción John Paul Kelly y su equipo tuvieron que recrear los interiores de la biblioteca Cavendish en otro lugar ya que la original se reubicó a principios de la década de los 70. Afortunadamente, existían grabaciones disponibles como referencia”.
Las escenas de apertura y de cierra de The Theory of Everything, que se llevan a cabo en el Palacio de Buckingham, se grabaron ven la Casa Lancaster en Londres y en la Corte del Palacio Hampton sobre el río Támesis. Otras locaciones londinenses incluyeron la Sala de Ópera Real en Covent Garden, que sustituyó a la Ópera de Bayreuth en Ginebra, Los interiores de la facultad de Stephen, Trinity Hall, se recrearon en la emblemática Harrow School en el noroeste de Londres.
Sin importar la locación, Marsh acredita a su director de fotografía, Benoît Delhomme, con la creación de momentos memorables puramente visuales. Marsh señala que, “no hay mucho diálogo en algunas partes de la película; sencillamente observas gente. A Benoît y a mí se nos ocurrió la idea de usar películas caseras de los Hawking para avanzar con la historia. Benoît grabó estas escenas en Súper 8 con película de 16 milímetros para crear otro tipo de textura para esas películas, una textura íntima que nos permite conocer mejor a la familia. Puedes ver cómo los niños son muy juguetones con su padre a pesar de que está en una silla de ruedas; son naturales y lo aceptan”.
Las secuencias de la casa fueron realzados porque Stephen le dio permiso a Kelly de utilizar sus propios certificados, medallas y premios. Además, Jane aún vive en la primera casa en la que vivieron ella y Stephen durante su matrimonio. Le dio a Kelly acceso completo a ella para que tanto él como su departamento pudieran recrearla en un estudio. Su segunda casa fue demolida así que el departamento recreó el interior basándose en una de las fotografías familiares”.
En la pantalla “los ambientes de las casas son un poco restrictivos al principio”, comenta Kelly. Hay muchas escaleras que Stephen nunca podrá volver a utilizar. Con el progreso de la historia, él comienza a volverse una celebridad y los espacios interiores comienzan a incrementar, espejeando la travesía emocional de Stephen”.
Otro elemento clave del diseño de producción fue la progresión de las sillas de ruedas que Stephen utiliza y Kelly se esmeró para que se recrearan acertadamente. El diseñador de producción anota que “Stephen empezó utilizando sillas de ruedas regulares y luego estuvo en una silla de ruedas eléctrica; posteriormente una silla de ruedas adaptada para incluir una computadora y una máquina de voz. Hicimos mucha investigación para lograr crear sillas muy fieles a las reales”.
“Pero también necesitábamos a un número de técnicos para que se aseguraran de que las sillas se movieran cuando y cómo debían hacerlo y que la computadora y el activador de voz funcionaran en el momento adecuado”.
La estética cálida y romántica de la película se vio resaltada por el trabajo del diseñador de vestuario Steven Noble. Enfrentándose a la tarea de desmenuzar el guión en décadas y a la vez crear una progresión de los estilos de moda en el reino unido desde la década de los 60 hasta la década de los 80, Noble utilizó una paleta de colores para cada personaje.
Al vestir a Felicity Jones como Jane, Noble se fijó mucho en el avance psicológico de su personaje: de estudiante joven a esposa y madre y cuidadora de tiempo completo. Añade que, “Jane pasa por un momento oscuro en la década de los 70 en la que se encuentra un poco deprimida, así que para esa década empleamos una paleta de colores un poco más apagada. Después de conocer a Jonathan sale de eso y se viste con más glamour”.
Para la secuencia del May Ball, Noble y su departamento tuvieron que vestir a más de 200 extras. “Fue muy divertido”, dice con entusiasmo. “La paleta de colores era veraniega con muchos colores en pastel. Utilizamos vestidos de gala y toda la cosa. Me sentí muy complacido con el look de Felicity. Utilizó un vestido de gala sin mangas en azul pálido. Era sencillo pero deslumbra en la pantalla”.
Como Stephen Hawking, Eddie Redmayne cambia de vestuario 77 veces durante The Theory of Everything. Los atuendos creados por el equipo de Noble se mantuvieron fieles al estilo excéntrico del profesor. Noble reflexiona, “siempre fue un poco desaliñado. Sus corbatas nunca estaban derechas. Su camisa estaba un poco desfajada o les faltaba un botón. Le daba una estética muy apropiada para un académico”.
“Comenzamos con Stephen como un estudiante en 1963 con ropa regular y luego fuimos haciendo los trajes y la ropa más anchos para mostrar la progresión de la enfermedad. Mientras más grandes se ven sus chaquetas, él se ve más demacrado. También le pedimos a Jan Sewell [diseñadora de cabello, maquillaje y prostéticos] que hiciera prostéticos para lo que llamamos las partes ‘huesudas’ de su cuerpo: rodillas, codos, hombros. El conjunto de todo le daba un aspecto ligeramente deforme”.
Sewell, asignada con la tarea de crear el cabello, maquillaje y prostéticos y las combinaciones consiguientes de los tres para ser utilizadas por Eddie Redmayne para asistir su externalización de las distintas etapas de la enfermedad de Stephen, señala que “Stephen no ha envejecido como lo hacemos el resto de nosotros porque no ha podido usar sus músculos. Eso ha cambiado tanto su rostro como su cuerpo. Cuando Eddie conoció a gente con enfermedad de las neuronas motrices, notó que sus manos cambian mucho, así que incorporamos eso al proceso”.
“Una de las cosas que hice fue cambiar la forma de las orejas de Eddie. Si haces las orejas o los oídos de alguien más grandes, el resto de la cara cambia de forma y se ve más pequeña. También añadimos dientes de diferentes formas que cambiarían el contorno de su boca”.
Para Felicity Jones las tareas de Sewell fueron mucho más convencionales, aunque no menos difíciles. “Felicity siempre quiso mantener la esencia de Jane Hawking y yo quería encausar las épocas a través de Jane”, comenta Sewell. “En la secuencia del May Ball le hicimos a Felicity un peinado al estilo de Audrey Hepburn. En general el cabello de Jane pasa de ser más corto a ser más largo y vimos fotografías para atinarle a esta aproximación”.
Más allá de las estrellas
Como una historia de amor que comienza de forma cotidiana y posteriormente gira hacia nuevos territorios, el guionista y productor McCarten no que, ultimadamente, The Theory of Everything tiene “un cierra provisto por la historia. Nuestra película sólo trata con un poco más de la mitad de la vida de Stephen; lo que sabemos de él –de él y de Jane– es que se enamoraron profundamente, encontraron que su amor se vio puesto a prueba y, al final, se enfrentaron a un mar de cambios en sus relación, mismos a los que atendieron juntos. No es un final de Hollywod convencional, pero es un final feliz a pesar de todo”.
El director James Marsh declara que “Jane es poco sentimental y yo quería hacer una película igual de fuerte y detallada. No quería huir de las dificultades del matrimonio o el estrés provocado por la enfermedad porque esos dos elementos hacen que la historia de amor sea profunda e inspiradora”.
La productora Lisa Bruce dice, “El amor y el universo se vieron puestos bajo el microscopio por estas dos personas extraordinarias. Encontraron las respuestas que buscaban mirando a las estrellas y más allá, y a la vez, mirando adentro de sí mismos”.
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