Por
Joaquin Lepeley Salgado
Una cinta que llaga de Francia y que está basada en una novela del mismo nombre del escritor Marcel Pagnol.
Esta
película nos ubica en la víspera de la Segunda guerra Mundial en un
pueblo de Francia donde un padre vive con sus seis hijas. Este hombre
trabaja como pocero, o sea, abre posos y su compañero de jornadas le
solicita si puede entablar una relación con una de sus hijas. El destino
podrá a otro hombre en el camino de Patricia, la hija, pero acarreará
una sucesión de sentimientos en una joven que nunca ha vivido el amor.
Esta
película presenta los conflictos en una familia donde el honor ha sido
mancillado. Una historia llena de romance y momentos dramáticos pero
también donde se habla del perdón y la reconciliación.
El
director francés, nacido en Argelia, DANIEL AUTEUIL además de escribir
el guion interpreta, magistralmente a Pascal Amuretti: un padre viudo
que debe sacar adelante a sus hijas.
Sobresale
la interpretación de la actriz española Astrid Bergés-Frisbey (Piratas
del Caribe-Navegando en aguas misteriosas) quien asume el rol de una
hija que llega a su madures pero rebosa su ingenuidad de niña.
Filmada
en diferentes locaciones francesas esta historia se repite en muchos
hogares y pone a prueba el verdadero amor de un padre por sus hijos.
Las
imágenes rebosan de color y claridad mientras las tensiones van
albergando sentimientos represados en los personajes que se dejan
llevar por la magistral música compuesta por Alexandre Desplat.
Una
entretenida y bella puesta en escena que logra tocar emociones en el
público por la temática de las situaciones que desarrolla.
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