Llega a las pantallas EL HOBBIT: la desolación del
Smaug, continuación del trabajo del director neozelandés
Peter Jackson, quien ya obtuvo el Oscar por la trilogía de El Señor de
los Anillos.
Jackson retoma la
novela del escritor británico J.R.R. Tolkien quien escribió estas
historias en 1920 y gracias a ella pudo definir los personajes y
situaciones de sus libros El Señor de los Anillos. Tolkien se inspiraba
en poemas épicos mitos y cuentos de hadas que había leído, por ejemplo
se dice que la fotografía de un anciano que aparecía en una postal fue
la inspiración para su personaje Grandalf.
En
1968 se realizó, por parte de la BBC de Londres una adaptación
radiofónica de El Hobbit. Para poner en contexto a los cinéfilos con
algunos personajes les cuento que el rol principal recae en Bilbo Bolsón
interpretado por el actor inglés Martin Freeman, reaparece Gandalf
personificado por Ian McKellen (X-Men) quien es el mago que ayuda a
proteger a los habitantes de Tierra Media. También están Richard
Armitage como Thorin, el líder de los enanos y Orlando Bloom junto a
Evelgeline Lilly como parte de los elfos.
Esta
nueva trilogía tuvo una inversión cercana a los 500 millones de dólares
convirtiéndose en el proyecto más costoso hasta el momento.
Las
filmaciones, realizadas en locaciones de Nueva Zelanda, empezaron en el
2011 y terminaron un año después pero su postproducción, dada la gran
cantidad de escenarios en 3D y lo complicado de los efectos visuales, ha
hecho que su entrega se realice poco a poco. La última parte de esta
trilogía se espera que se estrene a mediados del próximo año.
El
Hobbit: la desolación del Smaug, a pesar de ser larga, despierta
emociones por la excelente forma como el director logra recrear esta
historia, que por momentos, se aparta de los escritos originales de
J.R.R. Tolkien. Personajes llenos de energía y escenarios fantásticos la
convierten en una pieza llamativa para los amigos de las aventuras.
por Joaquin Lepeley Salgado
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