Las producciones nacionales cada vez
demuestran más las capacidades creativas
y técnicas que pueden diferenciarlas de otros países pero detrás de ellas hay
una infinidad de historias que están ocultas y listas para convertirse en
proyectos audiovisuales de gran factura.
El ingenio y dedicación de directores como
Roberto Flores Prieto logra demostrar cómo un producto audiovisual puede
desarrollarse de una idea simple pero su éxito está en el trabajo de
preproducción para transmitir con imágenes un abismo interior de seres reales.
Cazando
Luciérnagas se basa en un cuento de Carlos Franco que nos ubica en un alejado rincón de la costa
caribe donde un hombre trabaja como vigilante de una mina de sal abandonada.
Su soledad y el deseo de éste de apartarse
de la civilización y del recuerdo de momentos pasados y frustraciones son el
punto de partida de este guion. Ha esa soledad llega primero una perrita que se
convierte en la compañía única.
Los días pasan lentamente y el transcurrir
de éste hombre se vuelve un ritual de sonidos de naturaleza y observaciones
para, al día siguiente reportar: “Sin novedad”.
Una niña llega a éste espacio rompiendo la
monotonía y asegurando que es hija del solitario Manrique. Su dulzura y
emotividad empiezan a cambiar, poco a poco, el corazón de este personaje,
interpretado por Marlon Moreno, con la
rigurosidad de las descripciones del autor del libro.
En palabras del director Cazando luciérnagas es una película
acerca de la paternidad y el descubrimiento de la identidad donde prima la
acción interna sobre la externa.
La puesta en escena es bella y estética, lo que nos marca un grado
de trabajo específico para colocar la cámara en lugares muy bien determinados
que logran contarnos como los bellos parajes de Galerazamba ayudan a
desarrollar el interior sórdido del protagonista en un entorno tranquilo y
lleno de paisajes que pueden llegar a convertirse en uno de los más hermoso
lugares para vivir.
Y la joven actriz Valentina Abril debió
trabajar duro para quedarse con el rol de Valentina luego de varias sesiones de
casting donde miles de jovencitas se presentaron para obtener este privilegio.
Así mismo resaltamos la utilización de una
perrita que logra involucrar al espectador y darle una frescura a las escenas
convirtiéndose en un hilo conductor de la narrativa conectando a los dos
protagonistas.
Cazando
luciérnagas, cine colombiano de gran factura, personajes
emotivos y una bella cinematografía que nos muestra que la filmografía nacional
va por bien camino.
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