Los estudios Disney y el productor Jerry Bruckheimer, socio que comparte los costos de la cinta calculados en 250 millones de dólares más los gastos de promoción estimados en 175 millones, ven con preocupación la pobre acogida que ha tenido la película en los Estados Unidos.
El filme que retoma al recordado y mítico personaje, a pesar de contar con unos efectos visuales llamativos y de tener escenas cómicas y entretenidas, no ha logrado igualar a su antecesor, una serie en la televisión del género western que salió al aire a lo largo de varias temporadas entre 1949 y 1957 en blanco y negro.
El personaje de John Reid (El llanero solitario), interpretado por actor californiano ArmieHammer (Red social – Espejito-espejito), desdibuja la personalidad del rol original que en la serie de televisión era el personaje principal. El director GregorVerbinski, quiso darle un giro a la historia ubicando al indio Toro, interpretado por Johnny Depp, como narrador y figura central de la historia.
Las características del rol principal, mostraban, en las versiones en radio, televisión y comics, a un llanero solitario astuto, inteligente y audaz, características de las cuales carece el John Reid del filme y su fiel compañero indio se convierte en el ingenioso a pesar de padecer por momentos de lucidez.
La banda sonora compuesta por el galardonado Hans Zimmer, convierte la fanfarria de la Obertura de Guillermo Tell, del músico italiano GiachinoRossini, en una verdadera sinfonía que apoya las escenas más llamativas del filme al igual que lo hacia la serie de marras, inyectándole una enérgica atmosfera que despierta la admiración del espectador así comoRossini describió, musicalmente, al mitológico ballestero Telly sus ideales de justicia y libertad, ícono de la independencia de Suiza.
El llanero solitario, se asemeja más a una comedia al estilo de Piratas del Caribe, apartándose del género western y acercándose más a cintas de acción en el oeste como Las Aventuras de Jim West.
Quizás para las jóvenes generaciones la película resulte emotiva y divertida, pero para los que alguna vez vieron El llanero solitario, resulta una desdichada puesta en escena que, con sus efectos especiales, animaciones en 3D, sus bien logradas escenas de acción y su magistral banda sonora no logra personificar al legendario “kimosabi” que vine cabalgando en su caballo “plata” por las llanuras del oeste americano desde 1933.
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