La
historia ficticia basada en hechos reales sobre Juan Roa Sierra, el presunto
asesino del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, completó su primera semana
en cartelera. La buena crítica y la asistencia masiva a los teatros hablan del
buen momento del director caleño Andrés Baiz.
El hombre ingenuo y supersticioso, el idealista
sin oficio estable y convencido de que ha nacido para grandes cosas,
interpretado por el actor Mauricio
Puentes, tiene seducidos a los espectadores colombianos, o por lo menos a
66.447 que apreciaron su trabajo en la cinta ROA durante la primera semana en
cartelera.
La fotografía y el trabajo de arte son
los aspectos que más ha destacado el público, el momento de mayor sensibilidad
se da con la aparición de Héctor Ulloa
y el de mayor controversia, recrear la historia a través de los ojos del
supuesto asesino.
Pero que hay detrás de la cinta, el
director Andrés Baiz nos contó
algunos detalles del rodaje:
Las
locaciones
Para recrear ROA el director Andrés Baiz se tomó durante seis
semanas sectores tradicionales de la capital colombiana y rodó escenas en las
que vehículos propios de la década de los años 40 y decenas de extras vestidos
a la usanza de la época. La tarea de la directora de arte, Diana Trujillo, no
fue fácil porque aunque en Bogotá aún existen edificaciones de la época que se
han mantenido fiel en su diseño, no faltan elementos como semáforos, señales de
tránsito o un poste propios de la modernidad, que arruinarán la locación.
Los
carros
Si la consecución de 48 locaciones de
época para el rodaje de ROA fue un trabajo bastante exigente, ni que decir de
la búsqueda que debió hacerse de los vehículos, los cuales además de mantenerse
en perfecto estado de latonería debían resistir persecuciones por las calles de
la Bogotá de 1948. Una verdadera cadena de búsqueda fue la que hizo posible la
hazaña… alguien que estaba en la película conocía a alguna persona que sabía de
gente que tenía este tipo de carros y así fueron llegando los mejores autos,
entre ellos un Cadillac dos puertas de color azul medianoche, uno mucho más
clásico y hasta un taxi de uso común en la época.
Un
tranvía para quemar
Una de las escenas más elaboradas de ROA
fue la del tranvía de la época, para la cual se construyó un modelo que se
utilizó para algunas tomas y para rodar su incendio en ‘El Bogotazo’. Este gran aporte corrió
por cuenta de un estudiante universitario que tenía como proyecto de grado la construcción de
diferentes tipos de vehículos que hicieron parte de la historia capitalina y
que se unió al rodaje con su creación. Lo que no quiso confesar el director de
la cinta, Andrés Baiz, es si en realidad quemó el tranvía o utilizó para ello
un dummy.
Vestuario
Camila
Olarte
fue la vestuarista encargada de diseñar y confeccionar durante siete semanas y
de la mano de un grupo de costureras, sastres y zapateros las ropas y calzado
que lucen el elenco y el enorme grupo de extras que hicieron parte del rodaje
de ROA y que da una mirada, desde la óptica del supuesto asesino de Jorge
Eliécer Gaitán, de los días previos a El Bogotazo.
En general la película tuvo un 80 a 90
por ciento de prendas confeccionadas, incluidos los zapatos. Pero no sólo fue
cuestión de hacerlas, sino de entrenar a los actores para lucirlas, en especial
a los extras, pues hay personas que caminan un poco desgarbadas en comparación
con la época o no sabían llevar un sombrero.
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