EDIFICIO ROYAL: UNA COMEDIA FÚNEBRE LLEGA AL CINE
El actor cubano Jorge Perugorría y la colombiana
Katherine Vélez hablan de la historia que los une por primera vez en la
pantalla grande. Una comedia negra en la que un muerto es ‘decomisado’ por
falta de pago, un hombre olvida hasta a su hijo y una administradora es capaz
de construir futuro a partir de cartas de tarot pero no ve que un edificio se
le viene encima.
Jorge Perugorría: Un actor justo a la medida
La primera vez
que Jorge Perugorría conoció el
Edificio Royal, lo hizo a través del guión escrito por Carlos Franco y por el director de la cinta Iván Wild. Su primera impresión fue que ya conocía a su personaje y
cada uno de sus vecinos, porque de alguna manera hacían parte de su esencia de
hombre caribeño, así que no dudó en aceptar el papel de Justo.
Sobre esta cinta
Jorge, el actor de Fresa y Chocolate, cinta nominada al Oscar; Guantanamera, El Cuerno de la
Abundancia, Edipo Alcalde y Che, dirigida por Steven Soderbergh y
protagonizada por Benicio del Toro, asegura que este proyecto es una
metáfora de ese Caribe que describió García Márquez en sus Cien años de Soledad y donde están presentes Titón y Buñuel, pero
contada desde una mirada más joven, la de Iván
Wild.
En ese universo
de Edificio Royal, donde asegura que
todos los personajes están mutilados de algo, unos de memoria, otros de ilusión
o de sueños y en donde la realidad los aplasta, Perugorría encontró en Justo,
un ser lleno de matices: un embalsamador que ve su trabajo como un arte, en un
entorno donde la muerte es el pan de cada día y donde abunda ‘la materia prima’
pero no puede salir adelante y que no tiene para el sustento de su familia.
“Para él la
muerte no es solamente un asunto laboral y tiene una teoría clara sobre ella, piensa
que quizás sea la mayor bendición del ser humano y sin embargo todos le temen
como al peor de los males e incluso cita a Sócrates. Justo ya ha teorizado
sobre la muerte de forma muy particular y yo también pienso que hay muchas
muertes necesarias, pero la fundamental es la que hace posible la dialéctica de
la vida: que lo viejo le de paso a lo nuevo”.
Jorge asegura
además que “Justo es resultado de nuestra realidad. Lo que acá para nosotros es
cotidiano, cuando se mira desde afuera puede parecer traído de los cabellos, y
entonces esa relación con su hijo y su mujer es totalmente caótica. Los
problemas económicos, que también son tan comunes en nuestra gente, los
problemas del día a día, lo ahogan a uno y lo hacen caer a veces en el absurdo
de la supervivencia”.
“Es costumbrismo
Kafkiano con toda esa dosis de humor negro y absurdo que tienen los personajes
de la historia encerrados en ese mundo que es el edificio, donde pareciera que
no pueden salir y el tiempo es relativo. Es como nosotros: Caribe”.
Finalmente el
actor cubano afirma que le alegra que nuevos cineastas estén tratando de contar
este tipo de historias “que se salen de los tópicos que hay en nuestros países,
en donde siempre se espera que los guiones estén respondiendo a ese compromiso
con la realidad, con la cosa política, la violencia y las comedias casi
costumbristas. Sólo que nuestros países también tienen realidades mucho más
complejas y gente que también quiere hablar y tener otros discursos”.
Katherine Vélez:
deshojando a Margarita
Enfundada en un
delantal con una Marimonda cosida en el frente, Margarita adquiere vida en la
persona de Katherine Vélez, una de
las más carismáticas actrices de los últimos años en Colombia y quien le da
toda la frescura, candor y dulzura a un personaje atormentado por no saber lo
que le depara el destino.
Es la esposa de
Justo, un embalsamador que con su actitud sobre la muerte sobrepasa los límites
de la paciencia de su mujer.
“La pobre
también está muy rayada”, dice Katherine. “Tiene una preocupación enorme por el
futuro, no puede vivir diez minutos en el presente porque está pensando: “¿Y
mañana qué sucederá? ¿Y si lo que pasa es malo? ¿Y si no me gusta? ¿Y si me
muero o algo peor?”
Su personaje la
alcanzó luego de que tomó un taller de escritura -su otra pasión- en Bogotá. Se
dio la coincidencia de que había gente de la cinta allí y días después recibió
una llamada del jefe de casting de la película. “Creo que me vieron y dijeron:
¡Aahh, mira ésta tiene cara de Margarita”, cuenta mientras ríe.
Con su pasión
por los textos bien escritos no fue difícil que se enamorara del guión de Edificio Royal una vez lo leyó, porque
le pareció que era arriesgado e iba al fondo con un humor fino y difícil de
hacer. Además, que sus personajes eran difíciles de construir y paradigmáticos
y el actor siente que los conoce aunque estén sometidos a situaciones extremas.
“Eso hacía que
fuera como caminar todo el tiempo por un filo. Fue un reto y una cosa bonita de
hacer. Hay algo muy interesante y es que es un guión Caribe, sucede allá y no
puede suceder en otro lugar porque sería otra película. Pero se sale de los
estereotipos y eso creo que a todos nos gustó. Claro, igual Margarita es de
donde es: vive en Barranquilla y por eso es Margarita y… ¡ajá!... tiene su marimonda”.
Si bien reconoce
la película como una comedia, aclara que no es una en la cual los actores se
preocupan por hacer reír y ser divertidos, porque lo que es fuera de lugar,
absurdo y dentro de un tono completamente enrarecido es la situación misma, de
modo que los personajes están sufriéndola, viviéndola o riéndose con ella,
“pero sin preocuparse por lo que uno podría pensar, que sería de lo que se
ocuparía en una comedia normal: que la cosa le salga divertida”.
Sobre su
compañero de set, el cubano Jorge
Perugorría, considera que su presencia fue un beneficio grande para la
película por su enorme trayectoria, por ser un hombre que hace muchísimo cine y
se siente con mucha suerte de haber hecho pareja con él en la cinta.
“Jorge es un
tipo talentoso, disciplinado, un buen líder y logra crear armonía. Este trabajo
ha sido un regalo de la vida, a pesar de la diversidad de procedencias, el
equipo fue muy homogéneo y nos unieron las ganas de hacer las cosas bien y la
disciplina para trabajar. Eso es una suerte porque no siempre se encuentra”.
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