La Lectora, historia llevada al cine basada en el libro homónimo de Sergio Álvarez, toma la premisa inicial del texto –“me han raptado para leer una novela”-, pero desarrolla una historia con vida propia, historia que se verá en los teatros de Cine Colombia desde el próximo 17 de Agosto.
Karen y Cachorro dos personajes nocturnos y citadinos, son puestos a prueba ante una situación extraordinaria por cuestiones del azar y del destino: un valioso y misterioso maletín ha desaparecido, y ellos lo tienen en sus manos. ¿Avaricia o el sueño de una vida nueva y mejor? El contenido del maletín no se sabe, pero lo que sí es cierto es que quienes lo buscan matarían por él.
Karen es una sensual y experimentada stripper, papel logrado por Carolina Gómez, quien regresó a nuestro país, después de estudiar durante cuatro meses con Juan Carlos Coraza y Manuel Morón en Madrid, trabajo en donde hubo un fuerte enfoque en la liberación corporal. Carolina describe su personaje así: “Karen es una mujer que en apariencia es muy clara y está sola en la vida, y se le presenta ese punto de quiebre que la empuja a cumplir sus metas”.
Cachorro es un joven y ambicioso taxista, interpretado por Diego Cadavid, quien al día de hoy combina su trabajo desde la productora fotográfica El Silencio, la actuación y la música como baterista de la agrupación bogotana The Mills: “como su nombre lo indica, es un tipo noble, también ambicioso, que conoce la calle, y que si lo molestan, muerde”.
Toda esta historia será introducida por La Lectora, personificada por Carolina Guerra, quien recientemente visitó Colombia desde México, en donde está radicada; allí adelanta las grabaciones de una nueva serie de Caracol Televisión. Acerca de su papel, Carolina comenta: “éste es el único personaje inocente de esta historia, pues es una chica que es raptada y enredada por el hecho de saber alemán”.
Sólo de los labios de La Lectora, se sabrá si Karen y Cachorro tomarán la decisión de sus vidas, si deberán arriesgarlo todo y huir con el maletín, o si definitivamente será mejor salvarse y desaparecer.
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